Que producto hidratante te conviene

Al margen de su formulación, no es igual utilizar una crema que un gel o una loción o aceite facial. Cada tipología actúa de manera muy diferente y está indicada para pieles concretas.

Emulsión. Es una hidratante de consistencia ligera formada por aceite y agua, pero con menos del primero que de la segunda. Por ello se recomienda para pieles grasas y mixtas.

Loción. Es más densa que la emulsión, pero más ligera que la crema. En general, cualquier tipo de piel la acepta bien.

Crema. Suele contener más aceite que agua y por ello es muy hidratantes. Las pieles secas y envejecidas son las que mejor provecho sacan de las cremas.

Crema en gel. Si tu piel es especialmente grasa y suele presentar acné o granitos, apuesta por este tipo de hidratante, que no obstruye los poros. Es muy ligero y se absorbe a gran velocidad.

Aceite facial. Se puede utilizar directamente pero también está la opción de añadir unas gotas a tu hidratante habitual en momentos en los que te notes la piel muy seca o incluso falta de luminosidad. Este formato es muy recomendable para aplicarlo después de haber exfoliado, pero no es apto para cutis grasos.