El exfoliante tiene la función de eliminar las células muertas de la piel y la suciedad que le da una apariencia poco saludable.

Ingredientes tan económicos como el azúcar grueso y el aceite de almendras pueden cumplir esta tarea y, de paso, dejar la piel suave.

¿Qué hacer?

Mezcla en un recipiente dos cucharadas de azúcar gruesa (si no la encuentras puedes utilizar azúcar moreno) con una de aceite de almendras, forma una pasta y aplícala con suaves masajes circulares.