Cáncer de cérvix uterino
En la década de 1980 se identificó que el Virus del Papiloma Humano (VPH) era el causante necesario del desarrollo de cáncer de cuello de útero, al demostrar que ciertos tipos de genomas del ADN del VPH que hoy conocemos como tipos “oncogénicos” o de “riesgo elevado” están asociados a anomalías de cérvix premalignas y cancerosas.
Sólo 2 genotipos de VPH de alto riesgo oncogénico (VPH-AR), el 16 y 18 provocan aproximadamente el 70% de las lesiones cervicales invasivas y otros 10 tipos altamente oncogénicos corresponderían al 25-35% de los casos restantes. Desde entonces las estrategias de prevención han ido cambiando, ya que este conocimiento se ha ido asociando a una elevada cantidad de investigaciones.
A lo largo de estos treinta se ha evolucionado desde la identificación del virus, el aislamiento de otros marcadores oncogénicos más específicos que el propio virus, se han descubierto otros métodos de exploración del cérvix, y se ha llegado incluso hasta la aplicación de una vacuna, hecho que representa un cambio de paradigma en la prevención de este cáncer.
Todos estos conocimientos han ayudado a mejorar la prevención, a plantear nuevas estrategias de diagnóstico y a lograr cambios en las indicaciones del tratamiento. Además, gradualmente en el futuro se irán cambiando y reemplazando algunos modelos antiguos de diagnóstico. Se aplicarán nuevas tecnologías clínicamente validadas y consensuadas con el objetivo de lograr una marcada disminución del cáncer de cérvix.