1- Ya no piensas en tu marido, a veces imaginas cosas y en tu vida perfecta pero ese hombre no aparece en tu imaginación, en tus pensamientos, ni en tus fantasías picaronas. Es triste pero cuando visualizas tu futuro lo haces sin él.

2- Al levantarte ya no lo miras y solo piensas en la rutina de un día más. Las parejas enamoradas se dan los buenos días con un beso y están felices de despertar juntos cada mañana sin embargo tú, te levantas cada día casi por inercia y si acaso después de un rato recuerdas que tienes que saludar.

3- Cuando tu pareja sale de casa te sientes mucho mejor, no lo extrañas y sientes la paz interior de la soledad y disfrutas de ella, ni cuenta te das de que no está y sientes agonía de pensar ufff ya estará por llegar.

4- Es increíble como lo que se dice en una mesa dice mucho de una pareja y la relación, pero en tu caso ya no disfrutas de las comidas juntos y cero conversaciones en la mesa, esas comidas y cenas del principio ya son historia, ahora ya no tienes ni ganas de cocinar para él.

5- Cuando estas feliz y pasándolo bien siempre será cuando no está tu pareja presente, empiezas a tomar otros caminos y empiezas a pensar YO y no en NOSOTROS…Quieres hacer planes con tus amigos con tu familia sin incluirlo a él.

6- Comienzas a preocuparte más por ti por tus hijos y pasa a un segundo o tercer plano el cómo se encuentra tu pareja, si está bien o mal, cuando discutes no importa si se contenta o no, porque sencillamente y poco a poco pasa a ser alguien más en tu vida.

7- Cuando por algún motivo se va de viaje o dejas de verlo por un día o varios agradeces ese espacio para dedicarlo a otras cosas o para consentirte a ti misma y piensa ufff que bien.

8- Comienzas fabular con un nuevo amor, quizá ya conozcas a otra persona o simplemente quisieras sentir de nuevo esas mariposas en estómago e imaginas con ese alguien que te haga suspirar y te llene de amor…